Mostrando entradas con la etiqueta mártir post-moderno. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta mártir post-moderno. Mostrar todas las entradas

Lucho ancestral y la llegada de los ovnis

Es de conocimiento público que la fe en Lucho crece y crece, como la inflación, aunque entes escleciásticos, como el indec, nieguen su existencia. La fe en Lucho es milenaria. Tal es así, que estamos en presencia de una reencarnación luchiana de la décima generación. Es por ello que podemos afirmar con absoluta tranquilidad que Nuestro Señor Lucho es de décima. Lucho es un ser que no tiene edad y su origen, su vida y sus milagros no tienen explicación lógica. Sólo el dogma lo explica y no admite prueba en contrario. Lucho es milagroso y punto.
Los orígenes de la fe luchiana se remontan a épocas precolombinas. Lucho era el Dios de los manyachingones, oriundos de las sierras cordobesas, lugar frecuentado por los ovnis y los porteños. Antes de la existencia de estos últimos, antes de la llegada de la invasión española, incluso antes de la invasión inca, Lucho paseabase por los valles serranos, bañabase en los arroyos y ríos cordobeses. Lucho era el cacique. Y como todo cacique, Lucho tenía lo que quería y si no lo tenía, se lo procuraba a la fuerza. Lucho se enamoró de la princesa Moria de la tribu vecina, los sanabiromes, popularmente conocidos como curalapiceras. Concretar esa alianza no era algo deseado por ninguno de los pueblos. Los manyachingones odiaban a las sanabiromes desde que aprendieron a escribir en tinta, cuando ellos aun dejaban estampadas las palmas de sus manos por el cerro colorado. El pueblo se opuso. Los sanabiromes, orgullosos, tampoco aceptaron la unión y estalló la guerra. Lucho había sucumbido a los encantos de Moria, y empecinado por defender su amor, propúsole hacerse una escapita a unas cabañas cerca del mítico Cerro Uritorco. Escaparon una noche, clandestinamente.
Pero Lucho no sabía que Moria tenía un pacto secreto para acabar con su  poder. Los confabuladores los sorprendieron en paños menores (¿qué será menor a un taparrabos?) y así Lucho, Nuestro Señor supo de la traición. Intentó huir, desesperado, y adentrose en la oscura espesura del cerro. Esa noche no había luna, la oscuridad lo envolvía, no veía nada y Lucho trastabilló. Cayó en un precipicio que parecía no tener fin. Cayó, cayó y siguió cayendo. Cayó en la cuenta de que lo había perdido todo. Pero nunca terminó de caer. Un aura luminosa lo envolvió y se lo llevó lejos. Lucho había sido rescatado. Seres superiores tenían un plan y un destino para Lucho, Nuestro Señor. Volvió a tierras de manyachingones como su Dios. La fe luchiana hubiera sido difundida desde aquellos ancestrales tiempos, si no fuera que a los manyachingones se les dio por suicidarse en masa porque nunca pudieron competir con los sanabiromes en el sublime arte de la escritura.  Pero ese es otro capítulo que escapa de este evangelio.
Lucho supo entonces, que la humanidad es un experimento genético de los seres superiores, el segundo después de haber hecho lo propio en Marte, y que la humanidad tiene los milenios contados. Dos y monedas, para ser más exactos. Sin embargo Lucho no está dispuesto a rendirse porque falte un tiempito para que se nos acabe esta fiesta para algunos pocos. Lucho, Nuestro Señor, deambulando por los pasillos de los altísimos ovnis donde moran las eminencias, escuchó de unos de ellos que quizás al planeta Tierra lo salvan, porque el experimento está un poquito mejor que el del planeta rojo. Lucho se aferra a la creencia que nos vamos a salvar y nosostros nos aferramos a Lucho. Es por ello hermano mío, que debes escuchar lo que te digo. Lucho nos enseña que vamos a tener que sobrevivir un año  guarecidos de las inclemencias climáticas a la que se verá sometido nuestro redondo hogar, porque se viene la limpieza de las resacas del experimento genético que se llevará a cabo en el 2012. Compra alimento no perecedero con fecha de vencimiento posterior al 2013 y serás salvado. Aprovisiónate ya llamando al 0600-salvamelucho y Lucho te mandará sardina a sólo €10 la latita.  Apresúrate hermano, que se nos acaba.




Ya salió Curdas Tóxicas

No te pierdas el nuevo manual de autoayuda de Lucho Estamateado:  
Curdas Tóxicas



¿No sabés cómo empedarte y seguir parado?

¿Querés chupar a mansalva y no te da el cuero?

¿No encontrás cura para la resaca?

¿No sabés disimular la ebriedad y el mal aliento?


Lucho Estamateado te enseña, en tan sólo 20 capítulos, a chupar y chupar denserio.

Los mejores consejos para encurdarte dendeveras. 

Pedílo en tu kiosco o vinería amiga.


Conseguilo también a través del 0610-amo a lucho a un precio lanzamiento (€) 129,99.
Si sos amigo de Lucho en Feisbuc tenés un 2% de descuento. 
Qué esperás, piscuí. Hacete amigo y obtené más beneficios.



Mandá Miento al 2020 [o de cómo nacieron los Mandamientos Luchísticos] [Reloaded]

Una tarde de febrero, desconociendo el impulso que lo guiaba, Modesto subió el cerro Uritorco. Creía que una fuerza alienígena lo atraía hacia la cima. Nunca imaginó que se trataba de un ser celestial. Cuando terminó de ascender, asomose detrás de un arbusto un hombre de cabellos dorados que rozaban sus hombros al ritmo de la suave brisa que lo acariciaba. Modesto, estupefacto, con cara de imbécil, quedose callado. El hombre de dorados cabellos y figura esbelta tiró la colilla del cigarrillo que acababa de fumar y acercose a él:
- He estado esperándote Modesto. Tengo un encargo para tí - Dijole Lucho.
Asombrado de que aquel extraño supiera su nombre, Modesto no pudo más que asentir con la cabeza, mientras aguardaba las instrucciones.
El arbusto que Lucho dejó atrás, empezó a prenderse fuego. Minutos después Modesto descendía el cerro corriendo y luchando por su vida.
Una multitud reunida observaba el accionar de los bomberos. Modesto subiose al coche bomba y relató lo sucedido. Y Lucho dijome - anunció:

- No tendrás otros dioses delante de mí, ni atrás tampoco.
- No te harás ningún tatuaje que no sea mi nombre
- No pronunciarás el nombre de Lucho en vano
- Acuerdate del día sábado para salir de joda.
- Honra a tu padre y a tu madre para que te dejen la herencia.
- No cometerás adulterio si nunca te casas.
- No robarás sin llevar pa' las casas.
- No darás falso testimonio sin cruzar los dedos por atrás.
- No codiciarás la casa del country de tu prójimo, la mujer de tu prójimo, la impunidad, la
camioneta 4x4, el perro labrador, la empleada doméstica y demás posesiones de tu prójimo.
- No matarás sin un buen motivo.

Sin embargo Modesto nunca cumplió con la palabra de Lucho y tampoco se dedicó a difundirla adecuadamente. Abriose un local en la calle techada de Capilla del Monte, donde cobraba un entrada para contarle a los turistas y transeúntes los misteriosos hechos que sucedieron aquel febrero, pero cada vez que narraba cambiaba su versión, y por fallas de su memoria o caprichos ocultos, nunca decía la lista correctamente, olvidando algunas de sus prescripciones o haciendo combinaciones extrañas tales:
- No matarás en vano.
- No codiciariás la casa de tu prójimo sin un buen motivo.
- Acuerdate del sábado para cometer adulterio.

Modesto sintió un segundo llamado al cerro Uritorco. Lucho lo esperaba, sentado en un roca, tomando cerveza.
- Has desobedecido Modesto. Tendrás un castigo. Pero antes voy a escribirte la lista para que no te olvides ni te confundas - dijole Lucho. En silencio escribió dos papeluchos post it color amarillo, como sus cabellos, que contenía lo que denominó "la ley" :

- No te arrodillarás delante de otro Lucho.
- No te fabricarás dioses de cotillón.
- Observarás la fiesta de la vendimia.
- Durante 6 días trabajarás y el séptimo día estarás a mi disposición.
- Celebrarás las fiesta de creamfield, la navidad apócrifa, la navilucha y año nuevo.
- Tres veces al año haras limpieza general en tu casa y en la mía.
- No ofrecerás cerveza caliente ni mate dulce a nadie.
- No quedará para el día siguiente lo que pudiste comer hoy.
- Llevarás a mi casa tus mejores sueldos.
- No harás un asado sin invitarme.

Modesto tomó los papeluchos y comenzó el descenso. A los minutos volvió a por una copia porque se le habían volado. Afortunamente Lucho todavía estaba en la cima, empinando el codo. Esta vez Modesto guardó "la nueva ley" en el bolsillo y dirigiose a la imprenta del pueblo para hacer unos panfletos.
La transpiración de Modesto había hecho ilegible parte del contenido de los papeluchos. Temeroso de recibir otro castigo además del que le había sido anunciado pero no revelado, Modesto apeló a su memoria.
Desconocemos si Lucho cambió de opinión y no intervino en la impresión de los mandamientos, o si nunca se enteró de lo que escribió por exceso de alcohol en la sangre, o hubo un error de imprenta y nunca una fe de erratas. Hasta ahora los definitivos diez mandamientos que dejó Oh Lucho, nuestro señor, son los siguientes:

1. Amarás a Lucho por sobre todas las luchas.
2. No leerás el blog de Lucho en vano.
3. Santificarás las fiestas, partuzas y asados. Invitarás a Lucho
4. Honrarás a tu padre y a tu madre para que te dejen la herencia. El 50% de lo heredado será para Lucho.
5. No matarás salvo que sea absolutamente necesario. [No es absolutamente necesario cuando te miran mal o te dicen algo que no te gusta]
6. No cometerás actos impuros sin filmarlos y sin la participación de Lucho.
7. No robarás a Lucho. El 70 % de lo que robes se lo darás a Lucho.
8. No darás falso testimonio ni mentirás sobre Lucho.
9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros sin contarle a Lucho.
10. No codiciarás los bienes de Lucho.

Modesto recibió el castigo de su primer falta. Fue conminado a realizar trabajos forzosos: durante un año tuvo que realizarle la pedicuría a Lucho y depilarle la espalda con una pincita.


Cualquier parecido con alguna religión es pura coincidencia
.



Los Expedientes Secretos XXX

Encontrábase Lucho, meditando en tanto intentaba darse un baño reparador en el hidromasaje natural de su posada, rogando que la lluvia llegara porque la cascada no le hacía ni cosquillas, decidiose por emprender otro proyecto, ya que a causa de la sequía los clientes no iban.
Subiose a su camioneta 4x4 y dirigiose al cerro Uritorco, siguiendo un llamado interno que lo guiaba hacia esos parajes remotos. Anochecía en el momento en que adentróse en los montes, abriéndose camino machete en mano, iluminando con una linterna su andar. Llevaba una mochila al hombro con sus cosas más valiosas: el libro de cabecera y un juego de magia que se había birlado comprado hace poco. Súbitamente la linterna, con pilas recién recargadas, apagose, para el susto de Lucho. Maldijo en voz baja, mientras sacaba su juego de magia. Tomó una varita y dijo “Lumus”. Pero nada pasó. “Maldito Harry Potter”, pensó. “Hágase la luz”, gritó a los cielos, y la linterna encendiose. Y apagose. Y encendiose otra vez. Y apagose luego. Intermitentemente. Hasta que quedose prendida y Lucho pudo avanzar hasta la cima, convencido de que su magia había resultado. Tirose en el pasto y cerró los ojos. Cuando los abrió, estupefacto descubrió que no estaba solo. Unos seres extraños y verdosos lo rodeaban. Lucho incorporose y díjoles: “les traigo paz”, y manoteó la mochila para sacar el sombrero de mago, rogando que le saliese el truco de la paloma blanca. Concentrose, y apuntando la varita al sombrero lanzó un “avada kedavra” y el sombrero explotó. ¡Maldita J.K.!, me confundí otra vez, ¡cómo le va a poner a un hechizo mortal un nombre tan parecido al inofensivo abracadabra!, será de Lucho – rezongaba Lucho ante la mirada atónita de los alienígenas. Uno de los seres verdes, impacientemente díjole:
- No buscamos paz, queremos sus expedientes secretos.
Lucho vaciló un momento. ¿Cómo sabían estos seres que él había acumulado información durante años y recopilado datos a fuerza de incalculables coimas esfuerzos, que conocía la verdad sobre la muerte de Jimmy Hoffa, la conspiración para la muerte de J.F. Kennedy, la desaparición de los Mayas, quién se robó las manos de Perón [y por qué había llegado una a su casa], el celular de Yabrán y su paradero actual, y otros misterios? Con su mejor cara de pánfilo, hízose el desentendido:
- ¿De qué estás hablando, Willis? ¿Te puedo llamar Willis?
- Hablo de sus expendientes, esos que tiene escondidos debajo del falso fondo de su baúl de recuerdos.
- Aaaaaaah, esos expedientes. Uff. Pensé que me preguntabas por los X. ¿Y los XXX para qué los querés, picarón? – pregúntole aliviado Lucho, a la vez que guiñabale un ojo. ¿Y cómo me encontraron? – agregó.
- Telepáticamente lo trajimos hasta aquí. Intentamos comunicarnos con su celular cuando estábamos por aterrizar la nave nodriza, para decirle que nos espere, porque nos comimos un bache interestelar, pero usted no tenía señal. Luego le enviamos un mensaje en código morse a través de su linterna para ponerlo sobre aviso.
- ¿Código qué? ¿Están escribiendo la secuela del Código Lucho? Eso lo hablan con Dan. Lo que no entiendo aun es cómo saben de mis expedientes secretos xxx, ¿eh?
- Recibimos información de su planeta, pero al principio sólo pudimos decodificar un canal de televisión y era todo lo que pudimos aprender de ustedes durante muchos años.
- ¿No será TN, no? Sería muy mala suerte.
- Venus. Fascinante cultura, pero nos costó mucho aprender el idioma porque no son muy comunicativos. Aunque usted habla bastante – díjole sorprendido Willis.
- Si vinieron a buscarme porque tengo un decodificador trucho para Venus, se los doy muchachos, pero no me corten el cable.
- Queremos sus expendientes. Pudimos captar precariamente la señal de Lucho Te Ve y al conocer de su grandeza quisimos hacer contacto,  entonces logramos entrar a su computadora y comprobar que usted también tiene cantidad de documentales como los que trasmite Venus, pero con una calidad menor, artesanal. Usted es un poeta. Usted es nuestro Guía. Queremos eso que esconde de los ojos de Moria, eso que llama su colección de revistas porno. Queremos los afiches que guarda de Jésica Cirio.
- Je, "documentales". Si se entera Moria me mata, Willis, así que chitón boca ¿estamos? Ok, verdolaga, negociemos. Vos me dejas algo del espacio exterior, alguna tecnología para vender investigar, no le dicen ni una palabra a Moria, y yo te doy todos mis expedientes secretos xxx, los videítos caseros, más los que filmé clandestinamente con consentimiento, en el telo que alguna vez tuve, y de yapa te doy un póster despegable de la chicholina, que es una reliquia.
Los alienígenas sedientos de porno hicieron trato con Lucho, nuestro señor, actual embajador del Planeta Tierra con la primera comunidad alienígena que hizo contacto con nosotros.
Finalmente Lucho abandonó su sueño dorado de ser el nuevo David Copperfield, porque Lucho no hace magia, Lucho obra milagros [necio aquel que piensa que intercambiar oro por baratijas con una civilización superior no es un milagro].

Alabado sea Lucho. Amén y gloria a Lucho.

El Código Lucho

En un intento por limpiar el buen nombre de Lucho, a causa de falsas acusaciones, injuriosas y calumniosas, por parte de una horda de herejes desinformados y malintencionados, que sólo buscaban el beneficio mediático y monetario a costa de mancillar la excelente reputación de nuestro adorado mártir, Dan ‘El morocho’ Brownie, se puso en la ardua tarea de develar la verdad oculta detrás de quienes quieren su caída. El prefacio de este escrito nos tranquiliza con la frase que se hizo popular entre sus fieles: ¿Qué Lucho no tiene código? Acá te va el Código Lucho, piscuí.
El Código Lucho pretende acallar las voces de los sacrílegos que descreen de nuestro líder, argumentando que nuestro adorado Lucho vive de sus fieles y vive a sus fieles. El Código Lucho nos revela una conspiración que nace en el seno de las asambleas de oscuras empresas multinacionales pertenecientes al Pastor ‘copa de vino’ Pérez.
Brownie nos descubre un dato escalofriante: el Pastor Pérez odia a Lucho desde su más tierna niñez. A través de sus páginas hacemos un recorrido por los primeros años en la vida de Lucho, donde en sala de 3 conoce a este siniestro personaje, que llenó su corazón de rencor, difamando a Lucho en cada oportunidad que se le presentó en la vida. Brownie encontró documentación reveladora en un dibujo de Pérez realizado en la salita azul, cuando ambos niños tenían 5 años. Observemos el mensaje encriptado en letras rojas.




Según la recopilación de datos, extraidos clandestinamente, del diario íntimo del Pastor, los hechos se dieron así: Lucho y Pérez habían ofrecido defender a los más débiles del jardín a cambio de golosinas. Niño que no aportaba golosina no estaba protegido. Y la mayor amenaza no eran niños más grandes, si no el propio Lucho. Peréz acusa a Lucho de no compartir el botín, y que él era siempre quien debía salir a defender a los pequeños, dejándose propinar los golpes de Lucho. A todas luces se trata de mentiras, por supuesto, de una mente maquiavélica desde sus comienzos.
La historia cambió de matiz en la escuela primaria, cuando Moria se unió a los claustros de nuestro mártir y su némesis. Ambos se enamoraron desde el primer momento y la amistad terminó para siempre, cuando Pérez acusó a Lucho de haberle birlado la mina [sic], como si hubiera tenido alguna chance.
Brownie vuelve a sorprendernos con imágenes nunca vistas, después de rigurosos exámenes pictógraficos de alta tecnología, descubrimos como el odio de Pérez se fue acrecentando. Aquí también encontramos mensajes de aversión.





Gracias a la inestimable colaboración de un amigo de lo ajeno, Brownie pudo hacerse de la billetera del Pastor Pérez para dar con la prueba de que el odio continúa hasta nuestros días: una foto ajada y pequeña de Lucho, decorada a mano por el propio Pérez, que incluye una serie de símbolos extraños, y que en un esfuerzo en conjunto de nuestra gente de los departamentos de Filología, Semiología y Lingüistica están tratando de descifrar. Todavía no hallan respuestas sobre  los significados de los misteriosos signos de ? y de !, y esto nos lleva a sospechar lo peor, sobre todo por el insólito símbolo que parece ¿una estrella? Desconcertante. Intrigante. Inquietante.


Brownie ha puesto a nuestro conocimiento que el Pastor Pérez es una copia burda y absurda de nuestro líder, creando su imagen y su falsa santidad, por la envidia y el odio enceguecido al no poder ser como Lucho, sabio y bello de cabellos dorados, y  es un ser despreciable lleno de rencor que implora por una venganza sin sentido, al no contar con el amor de Moria. No crean en el Pastor Pérez, hermanos. Y si alguien quiere voltear su fe, cuestinando los valores de Lucho y afirmando que nuestro Lucho es un hombre sin código, ya saben cuál es la respuesta.

Gloria a Lucho, nuestro señor.


Para adquirir su ejemplar de El Código Lucho llame ya a 0600-códigolucho y recíbalo en la comodidad de su hogar al módico precio de $2999,99 más impuestos y gastos de envío. Satisfacción no garantizada. Si no le gusta, se jode. Habrase visto, gente grande.

Pecados capitaluchos [reloaded]

Paseábase Lucho, una fría tarde de agosto, por el buffette de una quermés de San Vicente; pensativo puso su mano izquierda en su pera, debatiéndose si pedía un choripán o un plato de locro. Decidiose por el chori y pidiole al señor buffettero que se lo prepare con mucho chimichurri. Divisó al lado una pareja, que mientras aguardaban ser atendidos, no podían contener sus deseos carnales, y besábanse descontrolados mientras sus manos recorrían pasionalmente distintas partes de sus cuerpos. Lucho apuró el chori de un bocado, cual eruto de bebé hizo provecho y acercose a la pareja. Separóles y ante el desconcierto de ambos, dijoles:
- No permitan hermanos míos que la lujuria controle sus impulsos – y sin agregar más Lucho se alejó.
La pareja sintió pudor y comprendieron las sabías palabras luchezcas y prometieronse no caer ante la tentación de la carne.
Lucho dirigiose hasta un kiosco, compró profilácticos y se fue, como la jerga indica, de putas, porque ver a la pareja lo había excitado.
Horas más tarde, salió del cabarute con un hambre mesiánico y entró al primer bodegón que se le apareció en el camino. Un gordo, ubicado en el centro del comedor, estaba entrándole al quinto plato de fideos con abundante salsa, como si de su última cena se tratara. Lucho sentose a la mesa del gordo y díjole:
- Si estuvieras comiendo fideos nada más, y no salsa con fideos, pensaría que tienes hambre y no la gula que te está consumiendo por dentro.
Mientras Lucho alejabase, el gordo apenose de sí mismo, largó el plato y echose a llorar.
Lucho hizo un par de llamadas desde su iphone, envió algunos emails, y organizó un asado, en menos de 5 minutos, de proporciones babilónicas calculando 2 kilos y medio de carne por persona, para comer como lechón hasta que no queden ni los cartílagos y 15 litros de alcohol per cápita. Pidió una docena de empanadas árabes en el bodegón para manducar camino hacia el supermercado.
Encontrose en la puerta del super con sus comensales, cuando acabose la última empanada, y repartiole las instrucciones para que realizaran las compras.
Observó Lucho que el encargado del supermercado estaba obsesionado haciendo la cuenta del dinero en efectivo que había en la caja y que sus ojos titilaban de encanto ante el vil metal. Disimuladamente acercose al mostrador y comprobó que al encargado se le hacía agua a la boca al tener fajos de billetes en sus manos mientras susurraba repetidamente: “my precious”.
- Hijo mío – díjole Lucho – No debes permitir que el símbolo de la burguesía y el capitalismo desvíe tu mirada del mundo y que la avaricia sea tu única meta.
El encargado escuchó un “click – caja” en su mente y desprendiose de los billetes como si le estuvieran quemando las manos.
Lucho retirose del supermercado con los comensales. Llegados a su casa, Lucho hizo la cuenta de lo gastado y cobrole a cada uno de ellos un 200% más de lo que les correspondía alegando guardar el dinero para el próximo asado.
Después de pasar toda una noche y el día siguiente comiendo y bebiendo, a Lucho pintole sueño. Fue el último en terminar de comer, por lo que encontrose que todas las habitaciones de su casa estaban ocupadas por sus invitados que pernoctaban plácidamente. Intentó echar a patadas a uno que dormía en su cama, pero al comprender que su estado se debía a un coma alcohólico decidió dejarlo reposar y se fue a otra habitación. Prendió la luz y quien dormía allí abrió los ojos. Lucho díjole:
- La pereza es traicionera porque domina nuestra voluntad. No muestres flojedad. Debemos limpiar lo que hemos ensuciado.
El comensal levantose de un salto y dispúsose a limpiar todo la casa. Lucho arrojose a la cama como si hiciera un clavado en una pileta olímpica y 4 días después se desperezó. Pero no fue por voluntad propia, si no que lo despertaron los gritos de dos miembros de su orden que discutían sobre Riquelme y su participación en Boca y en la selección. Lucho ofició de árbitro, y mientras se sacaba una lagaña del ojo derecho, díjoles:
- Hermanos míos, el intercambio de ideas no debe conducir a enojos irracionales. La ira no tiene que ser partícipe en una discusión. Dejadla ir.
Avergonzados, ambos contrincantes dieronse un fuerte apretón de manos y continuaron con su diferencia de opiniones en un tono cordial.
Lucho fue hacia la cocina, abrió la heladera y descubrió con pesadumbre que no había más cerveza y, como ya sabemos, esto despertó la ira de oh Lucho, nuestro señor. Las dimensiones del cuerpo de Lucho parecían acrecentarse mientras infería insultos a diestra y siniestra. Y rompió una silla en la espalda del primero que acercose para calmarlo.

Subió a su camioneta 4x4 en busca de un almacén que le proveyera cerveza helada porque tenía que desayunar. Estacionó al lado de una camioneta que lo impactó, pero sin hacer acuse de recibo de sentimientos superficiales, focalizó su mente en la compra de cerveza. El almacenero, chismoso oficial del barrio, informabale de todo el puterío vecinal a una señora que había ido a comprar lavandina. Y Lucho escuchó como el muy chusma contaba con desprecio que el odontólogo de la otra cuadra, que había nacido en cuna de oro, y que en su vida tuvo que laburar, ahora elegido funcionario público por cuña política, casualmente habíase comprado la voluptuosa camioneta que estaba estacionada afuera.

Lucho interrumpióle la conversación al almacenero con la doña de la lavandina, y en tono pausado díjole:
- La envidia es un sentimiento negativo que opaca nuestro amor hacia el prójimo. No la sientas porque se te volverá en contra.
Y el almacenero se dio cuenta que sus pobres logros podían ser envidiados por hombres menos afortunados y que no era justo, porque se los había ganado con su esfuerzo. Él le pidió perdón a Lucho, y Lucho le pidió un cajón de cerveza helada.
Cargando el cajón de cerveza al hombro, llegó Lucho a la camioneta y no pudo evitar compararla con la lujosa y poderosa chata del odontólogo. Y pusose a mirarla más de cerca. Al divisar que la llave estaba puesta, sin pensarlo dos veces, se fue precipitadamente en la que, ahora, es su camioneta, gracias a los amigos del registro del automotor.
Volvió a su casa, llamó a uno de sus lacayos para que guarde las cervezas que quedaban, ya que en el camino se tomó 2 y decidió darse un baño. Pasó frente al espejo de la sala principal y detúvose a contemplarse unos minutos. Suspiró ante tanta belleza y al recibir la fragancia de su cuerpo recordó que iba a bañarse. Retomó el camino hacia el baño en suite de su habitación, y allí topose con Moria que estaba maquillándose, y sin miras de desocupar el baño. Lucho anoticiola de que quería bañarse, y Moria, recién llegada de viaje, y estando al tanto de la partuza de días atrás pareció no inmutarse. Pero Lucho, oh, sabio señor nuestro, comenzole a hablar de lo bien que se veía, de que no necesitaba maquillaje, que su hermosura natural era superior, y Moria, conmovida y halagada, dejole libre el baño, y despidiose con un beso.
- "La vanidad. Mi pecado favorito" – díjose Lucho y quedose ensayando poses y caras durante horas, acariciando y peinando sus dorados cabellos, hasta que finalmente se bañó.

Lucho, ¡te escucho!

Lectura del Evangelio de Lucho, capítulo XXV, versículos 14-32.
Gloria a Tí, Señor Lucho.

Estaba Lucho rascándose el higucho debajo de una palmera en una de las banquinas del Camino de Cintura, cuando una idea iliminóle el marote. "Ya es tiempo de ayudar a mis hermanos luchonistas a seguir el verdadero camino y que me devuelvan lo que tanto les he dado". Lucho levantose, sacudiose el polvo del trasero, encaminose hacia su objetivo: un programa en Radio 10. Las negociaciones no fueron sencillas, Hadad protestó y protestó: quería que Lucho firmara un contrato de exclusividad con la radio, pero Lucho se puso firme: "acá se hará mi soberanucha voluntad. Me das un millón de euros y hablo durante una hora, si se me canta, hereje irrecatado". Y así fue que Lucho comenzó su programa de ayuda psicológica.

-Hola, hermanucho. Hola, hermanucha. Aquí nos encontramos hoy reunidos en este espacio en Radio 10 para ayudarte a vos, hermanucho, y a vos, hermanucha a recuperar el verdadero camino, de la verdad y la vida en las enseñanzas de Lucho. Vamos ya con el primer oyente.

-Lucho, ¿te escucho?

-Así es hermanucha.

-¡Lucho Delfino no te puedo creer! ¡Es la primera vez que me comunico con vos! ¡Sos mi ídolo, Lucho, te amo!

-Lo bien que haces, hermanucha. Anda, dime tu nombre...

-Soy Teodolinda, Lucho. ¡Ay, Lucho cuánto soñé con este momento!

-¿De dónde eres?

-De Capital.

-Número de tu tarjeta de crédito.

-22897123674252.

-¿Clave?

-8914.

-Ahora sí, tu pregunta hermanucha.

-Lucho, mi esposo se está yendo por el mal camino. Me engaña, Lucho. Ve a cientos de mujeres. Yo no puedo creer que me abandone a mí, a mí que lo quiero tanto, Lucho.

-¿Más que a mí, tu santo dios Lucho?

-No, Lucho, nunca más que a tí. Quisiera saber, ¿qué debo hacer, oh Lucho?

-Te diré algo, hermanucha. ¿Tú sabes cuál era el apodo de Sigmund Freud?

-No.

-Lucho, hermanucha. Y era Lucho porque YO era Sigmund Freud hecho carne para iluminar a todos sobre la Tierra. Y como dije hace cien años: todo tiene que ver con el sexo, jejejejeje. Así que, hermanucha, da rienda suelta a la concupiscencia, voltéate a cuanto hermanucho se te cruce por el camino hasta que te quede así de grande y te vengues de tu marido.

-¿Así de grande, Lucho?

-Así de grande, hermanucha.

-Gracias, Lucho Delfino, gracias, eres un amor, te amo, Lucho, te amo.

-Bueno, hermanucha, bueno, ya basta. Te bendigo en el nombre de Lucho. Antes de ir al siguiente oyente vamos a escuchar este maravilloso anuncio con la dulce voz de Moria.

"Bodegas Lucho, el mejor tinto, anuncia a los hermanuchos la salida del envase formato damajuana, para los muchachos luchonistas que lo estaban esperando, atorados con el choripán en la garganta. Precio sugerido al público: 300 pesos. Descuento de cincuenta centavos a los compañeros luchonistas camioneros. Tomen y beban todos de él, porque este es el vino de Lucho. Haced esto en conmemoración suya".

-Hola, ¿con quién hablo?

-Gabriel Rolón, Lucho.

-Hola, hermanucho Gabriel, dime tu número de tarjeta de crédito por favor.

-Lucho dejá de robarme oyentes hijodelagranreputis...tuuuuuutuuuuuuuuutuuuuu...

-¡Ay, se cortó! Que pena. Próximo oyente, por favor.

-Lucho, ¿te escucho?

-Así es hermanucha, ¿con quién hablo?

-Lucho, soy Lucha, ¿podés creerlo? Nos llamamos igual, que casualidad, ¡aaaaaay no lo puedo creeer!

-Hermana Lucha, ¿de dónde sos?

-De Tucumán.

-¿Tucumán?

-Sí, Lucho.

-Ajá.

-Ajá.

-Si, dime, ¿qué es eso? ¿Una ciudad?

-Sí, Lucho, una ciudad, y una provincia también. Acá todos te re queremos, Lucho, sos nuestro ídolo, sos como un dios para nosotros.

-Seee... Tucumán... eeeeh... decime Lucha, en Tucumán ¿manejan tarjeta de crédito?

-Sí, claro, Lucho.

-¡Bienvenido Tucumán a Lucho, te escucho! Decime tu número de tarjeta, linda.

-26489217862266.

-Clave, linda.

-3658.

-Preguntá.

-Lucho yo quería contarte un problema que tengo. Todos los hombres me siguen, me aman, yo ya no sé qué hacer Lucho, ¿me entendés? Los hombres se enamoran de mí y no sé cómo evitarlo. Me escriben poemas, me tratan como una diosa. ¿Por qué siempre me pasa a mí? Ayúdame, oh Lucho, ayúdame.

-Dime hermanucha, ¿estás buena?

-Sí, Lucho.

-¿Tus medidas?

-105-60-108.

-Ajámm... dime... ¿Tucumán queda lejos de acá?

-Eeeh, sí bastante, Lucho.

-Oca, linda, vos quedate justo dónde estás que yo ya me teletransporto. Bien, hermanuchos, nuestro programa de hoy ha llegado a su fin. Nos encontraremos algún día, si me da la ganucha de volver a dirigirme a ustedes. Que Lucho los bendiga hermanuchos, no se olviden de comprar la damajuana Lucho y de enviar sus donaciones. Amén.

Y así fue como Lucho visitó Tucumán por primera vez. Y varias veces más. Y más. Y más.

Esta fue palabra de Lucho.
Te alabamos a Tí, señor Lucho.
Amén.

La Bola de Canaán

Lectura del Santo Evangelio de Lucho, capítulo XVII, versículos 1-20.
Gloria a Tí, señor Lucho.

En los comienzos de su vida predicativa, hallábase Lucho invitado al casamiento de la prima fea y gorda de Moria. En la ceremonia, aburrióse como un hongo, tanto que, revolviéndo su dorada cabellera para formarse rulitos, miró a Moria fastidiado y hablole de la siguiente manera:

-¿Cuándo termina, Moria? Me dijiste que iba a durar poco.

Con una mirada fija fulminante, Moria mirólo, pegole un codazo en el estomagucho y luego hablole:

-Callate porque te reviento.

Lucho hizo puchero y siguió mirando la ceremonia con algunos suspiros y miradas de perrucho a Moria, quien lloraba mientras los novios se besaban.

La fiesta era en el salón Canaán, Lucho asqueroseado con el olor de las flores pudriéndose en los floreros, volviose nuevamente hacia Moria:

-Los sánguches están secos.

Moria tomolo del brazo y zamarreolo:

-Son de la panadería del tío Pancho. Comételos y no digas nada.

-Pero no pasan por la garganta, Moria.

-¡Comételos!

Lucho ingirióse unos cuántos sánguches más, mirando a Moria casi al borde de las lágrimas.

En un momento, Moria desaparecióse entre la multitud que bailaba reggeaton. Lucho quería cortarse las venuchas al oír música tan asquerosa. Para consolarse, aferróse a una botella de sidra que tomó de la bandeja de un mozo que pasaba. Lucho estirose sobre su silla y emborrachose.

Volvio Moria:

-Lucho, se quedaron sin vino.

Lucho abrazóse a su botella.

-Esta es mía. No jodas.

-No tienen vino, Lucho.

-¿Y a mí qué?

Moria comenzó a golpear el piso con el zapato:

-¡Tenés que hacer un milagrucho!

-Mnah...

-¡Lucho! Levantá el orto y hacé un milagrucho ¡ya!

-Me da pajucha.

-¡Pajucha vas a tener si no te levantás AHORA MISMO! -tronó Moria.

Una luz cegó a Lucho. Era la bola de espejos del salón Canaán. Lucho viose reflejado en los espejitos: su rostro apuesto, su dorada cabellera, sus ojos cristalinos. Pensó: "si les doy vino, me amarán, me seguirán, se estremecerán al pronunciar mi nombre, cantarán loas a mi persona, me llenaré de guita con la bodega Lucho y me iré de esta asquerosa fiesta". Lucho levantose:

-Ufa. Voy porque me da la gana, sabelo.

Lucho se acercó a los barriles de vino vacíos alzó las manos y oró:

-Que haya vino.

Y el vino existió. Lucho miró a los parientes de Moria y dijo:

-Tomad y bebed todos de él, porque este es el vino de la bodega Lucho, que será comprado por todos a partir de ahora. Vendrá en botella de 3/4 y tetra brik para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero. Haced esto en memoria mía. Son 300 dol... euros. Son 300 euros por milagrucho. Y la bola de espejos. Y la torta. Y los cuarenta suvenirs con los centros de mesa.

El rumor se esparció en la multitud: estaban en presencia de un milagrucho. Se acercaron a Lucho y él comenzó a hablar de la gran bola de Canaán que lo había inspirado y de cómo quería que lo siguieran y cantaran loas a su nombre. La multitud al conocer el milagrucho de la boca del propio Lucho, quedó impresionada:

-¡Aleluchaaa! ¡Aleluchaaaaaa! Gloria a ti señor, Lucho.

Otros cantaban con un charango:

-¡Gloria a Lucho en las alturas! ¡Y en la tierra vino a los hombres que ama el Señor! ¡Te alabamos, te bendecimos, te damos gracias, Lucho, dios rey celestial!

Lucho extendió las manos hacia el cielo. La multitud callose. Hablóles Lucho:

-También quiero los equipos de música. Y el charango. Y el ramo de la novia.

Lucho fue levantado en andas y llevado fuera del salón Canaán, hacia los jardines, la fuente, la puerta. Una vez ahí fue depositado en el auto de los novios, donde Lucho aprovechó para rajarse pa' las casas dejando tras de sí el ruido de las latas. Los invitados volvieron a la fiesta y bailaron y chuparon durante seis días y seis noches. Y ese fue el primer milagrucho de Lucho.

Es palabra de Lucho.
Te alabamos, Lucho.
Gloria a Tí, Señor Lucho.
Amén.


***

Anuncio: Por pedido de la hermana Julia y para todos nuestros hermanos, anunciamos que los vinos de la bodega Lucho ya están en los mejores supermercados al precio sugerido de 129, 99 dól... digo euros, la botella de 3/4 y 119, 99 el tetra brik. Próximamente, vinos de la bodega Lucho en damajuana. Los mantendremos informados.

carta del mártir lucho a los bolivianenses de corinto

hermanos:

se vienen tiempos difíciles como la tabla del nueve. escríboles desde el rincón más oscuro y miserable de mi penthouse para hacerles saber que los acompaño en cuerpo y alma. bueno, es un decir. claro está que ni en mi más profundo estado de alucinación etílica iría a acompañarlos en cuerpo, porque ya sabemos que ustedes ingieren alimentos preparados por el mismísimo belcebú y que después sudan con un olor a gato muerto que voltearía al increíble hulk en persona apersonada.

decíales, hermanos, que mirando mis bolas cristálidas puedo predecir que grandes males están agazapados ahí -sí, justo atrás de ese montículo de bombachas tamaño carpa que vende aquella desacatada-, esperando el momento propicio para hacer de sus vidas el más terrible de los infiernos. no temáis, vosotros ustedes, bolivianenses de corinto, que lucho aprieta pero no ahorca [léase: no afloja], así que les hago una promoción verano-teclavolasombrilla, solamente porque soy más bueno que lassie, el dulce de leche y la madre teresa todos juntos haciendo trencito en el carnaval carioca.

la cosa es más o menos así: si ustedes pretenden que los males no los azoten, si pretenden hacerle fuchifuchi al apocalipsis que los espera ahí nomás, sólo deben seguir mi palabra al pie de la letra. a cambio [y acá se viene la superpromo] deben entregarme a diez de sus mejores hombres y a cinco de sus mejores mujeres [en lo posible, que estas últimas no tengan bigote, ni vello en la oreja. gracias]. no temáis por sus hermanos, estarán muy bien cuidados en el nuevo emprendimiento luchístico, sito en en el sacrosanto santuario de once. una magnánima tarea los espera: ellos confeccionaran con prisa, sin pausa y a latigazo limpio, las remeras que vestirán todos los que han decidido seguirme detrás de mí mismo. serán alimentados con el maná que les caiga del cielo [hay unos tachos de alimento raza que se vaciarán una vez por día sobre sus cabezas] y serán conducidos por el mismísmo morfeo [que era patovica en escombro bailable pero que se ha unido a la causa recientemente, justo cuando fugose del penal de olmos] a dormir sobre sus propios deshechos ahí mismo, en el lugar en el que cumplirán su misión celestial. como verán, hermanos, les ofrezco una verdadera ganga: se evitan el apocalipsis y capaz que hasta les toca alguna remera de segunda selección y todo.

esperando que su respuesta sea satisfactoria, despídome de ustedes con fervor y excitación, puesto que en este mismo momento estoy babeándome como perro con dos colas al pensar cómo crecerá nuestra reino en la tierra. ustedes pueden ser parte de ello, piensenlón bien. cuando lucho se eleve por sobre los otros pelagatos, siempre va a ser mejor estar prendido de un cacho de su vestidura que ser dejado a la buena de ese otro dios que se hace medio el sota mientras sus súbditos directos le meten mano de lleno a cuanto pendejo se cruce por ahí.

invocando la protección de mí mismo, fuente de toda [sin]razón e [in]justicia, voyme ya a tomar unos matienzos a la sombra de la parra.

chau chau chaaauuuuuuu

lucho

La ira de Lucho [Reloaded]

Retozando cuál manatí drogado, echóse Maria Palmira en los pastos, y mientras disfrutaba de un aire primaveral, entrábale a unos Bizcochos de grasa, cebándose unos mates con cascaritas de naranja seca.

De pronto, el cielo ennegrecióse, y con esplendorosos estruendos, las nubes juntáronse sobre su cabeza. La mañana, cálida de Villa Retiro, se tornó en un eléctrico tronar de trompetas, que con sonidos ensordecedores, encaminaron a Palmira a reflexionar acerca de la vida.
Preguntóse, a sí misma: ¿Hube de colgar la ropa?, ¿Hube de descolgarla más luego?.
Más los bizcochitos de grasa, cumplieron su cometido, interrumpiendo intempestivamente su profundo cavilar.
Palmira debióse rajar hacia el baño mas cercano, sin posibilidad alguna de repasar sus pensamientos.

Cuando de entremedio de la maleza, una luz, enceguecióla, dejándola paralizada.
Altivo y sonrojado, sorprendióla Lucho, portando uno de los pedos Biblicos más solemnes de los que jamás, Palmira hubiere conocido.
Y con su voz contemplativa, Lucho, revelóle una de las verdades mas verdaderas de la vida, mas o menos así:
“Soy la luz que os hará libres”, Más deberás entregarte con misericordia absoluta, a los ardores de mi carne, no sin antes cebarme unos matienzos, pero para mí sin azúcar, por qué estoy flojo de vientre.
Palmira, obedecióle con rigurosa voluntad. Mas a la media hora, el termo, quedóse casi sin agua, fue allí que nuestro Señor, díjole:
“Enfríose el agua, que nos ha dado de beber". Y hartóme de entrarle a los Don Satur, porque más luego paso del vientre flojo, al vientre afligido y taponado.
Ordénote, me entregues tu diezmo y de una corridita, llenes unos galones con el combustible Divino de las antiguas Deidades: "Cerveza”.
Palmira mirólo, y con pesar en su ojos contestóle:
"Muchas veces te he invocado, oh, Señor Lucho, mas nunca has respondido a mis plegarias. ¿Por qué habría yo de darte, entonces, mi diezmo para un galón de cerveza fresca y recién tirada?".

Palmira envalentonóse, y díjole con sobrada ira:
“Ni en pedo te doy $3 pesos, para comprar una Quilmes, es más, tu Reino de mierda puede irse literalmente al carajo. Ojalá se te caiga de cuajo, el maldito templo que tus devotos han levantado. Y que de entre los escombros, iracundos, salgan tus fieles, a cagarte, oportunamente a patadas. Cómo sigas rascándonos el mango, vas a terminar empalado en el medio de la estación Constitución, por demagogo, rata y autoritario”.

La furia de Lucho, despertóse con la tormenta, que tan solo habíase amedrentado. De entre los yuyos, abrióse una una zanja, y tragóse a Maria Palmira, con termo y todo.

Esa fue la última vez que otros fieles, supieron de ella.

Más toda esta historia déjanos una morajela:
“El control de la ira es necesario, cuando Lucho se pone a demandarnos. Una respuesta negativa despierta, la ira de los Dioses, y a la mierda.”.

Así habló lucho.-

Lucho conmigo


Encontrábase compungida, caminando por la calle cabizbaja y meditabunda, sumergida en sus cavilaciones y echóse a llorar desconsolada, dejándose caer de rodillas.Los primeros rayos de sol asomaban en el horizonte, irradiando una luz de tonos amarillentos y rojizos. Cegada por un destello que dióle en la cara, Claudina apenas distinguió la silueta de un hombre que atravesaba el desolado páramo. Él acercóse cautelosamente, y díjole:
- ¿Por qué estás despechada?
- Oh, extraño ser, ¿Cómo puedes compendrer la causa de mi tormento? - preguntóle Claudina.
- No conozco el motivo de tu pena, me refería a tu escote. ¿No tienes frío?

Lucho se presentó y ayudóle a incorporarse. Comenzaron a caminar con un ritmo pausado y entre sollozos Claudina fue contándole que desde que su amor habíale abandonado, no sabía que hacer consigo, que sus pensamientos y sentimientos enfrentábanse en batallas internas constantes. Que su vida era un eterna duda.
- No se si convertirme en flogger o volverme emo - díjole Claudina con la mirada perdida en dirección al suelo.
Lucho mordió su labio inferior para contener los improperios que su mente quería dejar escapar, y sujetóle lo cabellos a Claudina, y sin que ella pudiera siquiera pensar en lo que sucedería, arráncole con furia, por mechones, todos sus pelos.
- Ahora que estás calva hija mía, no tendrás más esas ideas locas, y no podrás, aunque quisieras, ser un miembro de tribus urbanas retorcidas, porque no tienes cabellos para peinarte - díjole con sabiduría Lucho. Y guardóse los cabellos en su gastado morral Prüne, pensando cuánto podría cobrar si lo vendía para extensiones.
Claudina sintió que ya no estaba poseída por pensamientos superficiales, y agradecióle a Lucho, abrazóle, ofreciéndole serle fiel siempre.
- Sólo quisiera terminar con la pena - díjole Claudina y arrodillóse ante él. Lucho tomóla de la mano, y díjole:
- Tienes que acabar con tu guerra interna. No es bueno que un ser bello pene - y las dos últimas palabras hicieron eco en la corrompida mente de Claudina. Lucho sintió que una gota cayó en su pie, y preguntóle.
- ¿Estás llorando?
- No, es baba - contestóle Claudina mientras pasaba su mano por la comisura de sus labios para secarse. Claudina miró hacia arriba y se detuvo en sus ojos.
- Véome reflajada en tu mirada. Tus ojos son espejos.
- Criatura mía, son los lentes de sol, recién vengo de la creamfields.
Claudina suspiró y tomándo coraje díjole:
- Ya no quiero estar sola. Ya no quiero pelear más conmigo misma.
- Ya no estás sola - díjole Lucho - Yo siempre estaré contigo, aunque no esté en cuerpo presente.
Y Claudina tuvo su revelación y díjose a si misma:
- Ya no lucho conmigo. Ahora está Lucho conmigo.
Y ambos adentráronse a los bosques de Palermo.

El evangelio según Lucho

Caminaba por el pasillo de su penthouse cuando un dolor abdominal lo obligó a detener el paso. Con una mano frotó su vientre al tiempo que realizaba un pequeño movimiento pélvico para expulsar de su cuerpo las molestas sensaciones. Efectivamente, se tiró un pedo. Inhaló. Recordó que estaba buscando su libro de cabecera y continuó el paso. Le gustaba llamarlo así porque durante años lo ayudó mucho. Lo usaba para apuntalar la pata de la cabecera de su cama. Llegó a la biblioteca. Los estantes estaban atiborrados de souvenirs de cumpleaños, casamientos y bautismos, más las pequeñas artesanías que Moria compraba los domingos en el Paseo de las Artes. Cinco lujosos ejemplares le daban sentido al nombre de dicho mueble. Entre ellos estaba el libro que Lucho necesitaba. Una edición del año 1984 de cuentos clásicos infantiles que lo acompañaba desde su más tierna edad. Tomó el best seller de tapas duras y se dirigió a su templo, es decir al baño, para leerlo.

Acaecida la tarde, encontrábase Lucho echado en un puff, con los ojos abiertos y la mirada perdida en el cielorraso, rumiando pensamientos varios. Pasaron algunas horas hasta que de súbito levantose. Encendió su notebook y empezó a tipear.
Moria pasó por su lado y preguntóle:
- ¿Qué estás escribiendo Lucho?
- El evangelio – díjole pausadamente.
- Pero si ya está escrito – contestole Moria sorprendida.
Lucho tomó aire y en un resoplido de marcada intolerancia contenida, espetole:
- Según la quinta acepción de la Real Academia Española, el evangelio es una verdad indiscutible.
- Ya está la cena – díjole Moria ignorando la explicación.

Al terminar la cena, Lucho continuó con su escrito. Luego lo imprimió y lo adhirió, con imanes de frutillas y sandías, a la puerta de la heladera:

"La lucha es la paz”: porque luchando se consiguen los logros que traen satisfacción, y la satisfacción trae paz al hombre.
"Internet es esclavitud": porque el hombre libre que elige entregarse a las bondades de la informática termina atrapado en sus redes.
"La ignorancia es bienaventuranza": porque el hombre que ignora los peligros y lo que puede lastimarlo vive feliz. Pensar es perder.

Días después Lucho convocó a sus discípulos. Cuando llegaron uno de ellos descubrió el texto de la heladera y preguntole a Moria:
- ¿Y esto?
- El evangelio – respondió – según Lucho.
- ¿Y Lucho donde está? – al unísono dijeron los fieles.
Moria recorrió con la vista la mesada donde por última vez vio el libro de cabecera de Lucho. No se encontraba allí.
- Está en el baño – contestoles – y esto que digo también es un evangelio. Es una verdad indiscutible – concluyó.

Cuando apareció Lucho explicole a sus discípulos los dichos de Moria y dijoles: Hijos míos. Lo único que se puede predicar es algo que no admite discusión. Y le dio una copia a cada uno del evangelio, según Lucho.

Palabra de Lucho.

Mandá Miento al 2020 [o de cómo nacieron los Mandamientos Luchísticos]

Una tarde de febrero, desconociendo el impulso que lo guiaba, Modesto subió el cerro Uritorco. Creía que una fuerza alienígena lo atraía hacia la cima. Nunca imaginó que se trataba de un ser celestial. Cuando terminó de ascender, asomose detrás de un arbusto un hombre de cabellos dorados que rozaban sus hombros al ritmo de la suave brisa que lo acariciaba. Modesto, estupefacto, con cara de imbécil, quedose callado. El hombre de dorados cabellos y figura esbelta tiró la colilla del cigarrillo que acababa de fumar y acercose a él:
- He estado esperándote Modesto. Tengo un encargo para tí - Dijole Lucho.
Asombrado de que aquel extraño supiera su nombre, Modesto no pudo más que asentir con la cabeza, mientras aguardaba las instrucciones.
El arbusto que Lucho dejó atrás, empezó a prenderse fuego. Minutos después Modesto descendía el cerro corriendo y luchando por su vida.
Una multitud reunida observaba el accionar de los bomberos. Modesto subiose al coche bomba y relató lo sucedido. Y Lucho dijome - anunció:

- No tendrás otros dioses delante de mí, ni atrás tampoco.
- No te harás ningún tatuaje que no sea mi nombre
- No pronunciarás el nombre de Lucho en vano
- Acuerdate del día sábado para salir de joda.
- Honra a tu padre y a tu madre para que te dejen la herencia.
- No cometerás adulterio si nunca te casas.
- No robarás sin llevar pa' las casas.
- No darás falso testimonio sin cruzar los dedos por atrás.
- No codiciarás la casa del country de tu prójimo, la mujer de tu prójimo, la impunidad, la
camioneta 4x4, el perro labrador, la empleada doméstica y demás posesiones de tu prójimo.
- No matarás sin un buen motivo.

Sin embargo Modesto nunca cumplió con la palabra de Lucho y tampoco se dedicó a difundirla adecuadamente. Abriose un local en la calle techada de Capilla del Monte, donde cobraba un entrada para contarle a los turistas y transeúntes los misteriosos hechos que sucedieron aquel febrero, pero cada vez que narraba cambiaba su versión, y por fallas de su memoria o caprichos ocultos, nunca decía la lista correctamente, olvidando algunas de sus prescripciones o haciendo combinaciones extrañas tales:
- No matarás en vano.
- No codiciariás la casa de tu prójimo sin un buen motivo.
- Acuerdate del sábado para cometer adulterio.

Modesto sintió un segundo llamado al cerro Uritorco. Lucho lo esperaba, sentado en un roca, tomando cerveza.
- Has desobedecido Modesto. Tendrás un castigo. Pero antes voy a escribirte la lista para que no te olvides ni te confundas - dijole Lucho. En silencio escribió dos papeluchos post it color amarillo, como sus cabellos, que contenía lo que denominó "la ley" :

- No te arrodillarás delante de otro Lucho.
- No te fabricarás dioses de cotillón.
- Observarás la fiesta de la vendimia.
- Durante 6 días trabajarás y el séptimo día estarás a mi disposición.
- Celebrarás las fiesta de creamfield, la navidad apócrifa, la navilucha y año nuevo.
- Tres veces al año haras limpieza general en tu casa y en la mía.
- No ofrecerás cerveza caliente ni mate dulce a nadie.
- No quedará para el día siguiente lo que pudiste comer hoy.
- Llevarás a mi casa tus mejores sueldos.
- No harás un asado sin invitarme.

Modesto tomó los papeluchos y comenzó el descenso. A los minutos volvió a por una copia porque se le habían volado. Afortunamente Lucho todavía estaba en la cima, empinando el codo. Esta vez Modesto guardó "la nueva ley" en el bolsillo y dirigiose a la imprenta del pueblo para hacer unos panfletos.
La transpiración de Modesto había hecho ilegible parte del contenido de los papeluchos. Temeroso de recibir otro castigo además del que le había sido anunciado pero no revelado, Modesto apeló a su memoria.
Desconocemos si Lucho cambió de opinión y no intervino en la impresión de los mandamientos, o si nunca se enteró de lo que escribió por exceso de alcohol en la sangre, o hubo un error de imprenta y nunca una fe de erratas. Hasta ahora los definitivos diez mandamientos que dejó Oh Lucho, nuestro señor, son los siguientes:

1. Amarás a Lucho por sobre todas las luchas.
2. No leerás el blog de Lucho en vano.
3. Santificarás las fiestas, partuzas y asados. Invitarás a Lucho
4. Honrarás a tu padre y a tu madre para que te dejen la herencia. El 50% de lo heredado será para Lucho.
5. No matarás salvo que sea absolutamente necesario. [No es absolutamente necesario cuando te miran mal o te dicen algo que no te gusta]
6. No cometerás actos impuros sin filmarlos y sin la participación de Lucho.
7. No robarás a Lucho. El 70 % de lo que robes se lo darás a Lucho.
8. No darás falso testimonio ni mentirás sobre Lucho.
9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros sin contarle a Lucho.
10. No codiciarás los bienes de Lucho.

Modesto recibió el castigo de su primer falta. Fue conminado a realizar trabajos forzosos: durante un año tuvo que realizarle la pedicuría a Lucho y depilarle la espalda con una pincita.


Cualquier parecido con alguna religión es pura coincidencia
.



Pecados capitaluchos

Paseábase Lucho, una fría tarde de agosto, por el buffette de una quermés de San Vicente; pensativo puso su mano izquierda en su pera, debatiéndose si pedía un choripán o un plato de locro. Decidiose por el chori y pidiole al señor buffettero que se lo prepare con mucho chimichurri. Divisó al lado una pareja, que mientras aguardaban ser atendidos, no podían contener sus deseos carnales, y besábanse descontrolados mientras sus manos recorrían pasionalmente distintas partes de sus cuerpos. Lucho apuró el chori de un bocado, cual eruto de bebé hizo provecho y acercose a la pareja. Separóles y ante el desconcierto de ambos, dijoles:
- No permitan hermanos míos que la lujuria controle sus impulsos – y sin agregar más Lucho se alejó.
La pareja sintió pudor y comprendieron las sabías palabras luchezcas y prometieronse no caer ante la tentación de la carne.
Lucho dirigiose hasta un kiosco, compró profilácticos y se fue, como la jerga indica, de putas, porque ver a la pareja lo había excitado.

Horas más tarde, salió del cabarute con un hambre mesiánico y entró al primer bodegón que se le apareció en el camino. Un gordo, ubicado en el centro del comedor, estaba entrándole al quinto plato de fideos con abundante salsa, como si de su última cena se tratara. Lucho sentose a la mesa del gordo y díjole:

- Si estuvieras comiendo fideos nada más, y no salsa con fideos, pensaría que tienes hambre y no la gula que te está consumiendo por dentro.
Mientras Lucho alejabase, el gordo apenose de sí mismo, largó el plato y echose a llorar.
Lucho hizo un par de llamadas desde su iphone, envió algunos emails, y organizó un asado, en menos de 5 minutos, de proporciones babilónicas calculando 2 kilos y medio de carne por persona, para comer como lechón hasta que no queden ni los cartílagos y 15 litros de alcohol per cápita. Pidió una docena de empanadas árabes en el bodegón para manducar camino hacia el supermercado.

Encontrose en la puerta del super con sus comensales, cuando acabose la última empanada, y repartiole las instrucciones para que realizaran las compras.

Observó Lucho que el encargado del supermercado estaba obsesionado haciendo la cuenta del dinero en efectivo que había en la caja y que sus ojos titilaban de encanto ante el vil metal. Disimuladamente acercose al mostrador y comprobó que al encargado se le hacía agua a la boca al tener fajos de billetes en sus manos mientras susurraba repetidamente: “my precious”.
- Hijo mío – díjole Lucho – No debes permitir que el símbolo de la burguesía y el capitalismo desvíe tu mirada del mundo y que la avaricia sea tu única meta.
El encargado escuchó un “click – caja” en su mente y desprendiose de los billetes como si le estuvieran quemando las manos.
Lucho retirose del supermercado con los comensales. Llegados a su casa, Lucho hizo la cuenta de lo gastado y cobrole a cada uno de ellos un 200% más de lo que les correspondía alegando guardar el dinero para el próximo asado.

Después de pasar toda una noche y el día siguiente comiendo y bebiendo, a Lucho pintole sueño. Fue el último en terminar de comer, por lo que encontrose que todas las habitaciones de su casa estaban ocupadas por sus invitados que pernoctaban plácidamente. Intentó echar a patadas a uno que dormía en su cama, pero al comprender que su estado se debía a un coma alcohólico decidió dejarlo reposar y se fue a otra habitación. Prendió la luz y quien dormía allí abrió los ojos. Lucho díjole:

- La pereza es traicionera porque domina nuestra voluntad. No muestres flojedad. Debemos limpiar lo que hemos ensuciado.

El comensal levantose de un salto y dispúsose a limpiar todo la casa. Lucho arrojose a la cama como si hiciera un clavado en una pileta olímpica y 4 días después se desperezó. Pero no fue por voluntad propia, si no que lo despertaron los gritos de dos miembros de su orden que discutían sobre Riquelme y su participación en Boca y en la selección. Lucho ofició de árbitro, y mientras se sacaba una lagaña del ojo derecho, díjoles:

- Hermanos míos, el intercambio de ideas no debe conducir a enojos irracionales. La ira no tiene que ser partícipe en una discusión. Dejadla ir.
Avergonzados, ambos contrincantes dieronse un fuerte apretón de manos y continuaron con su diferencia de opiniones en un tono cordial.
Lucho fue hacia la cocina, abrió la heladera y descubrió con pesadumbre que no había más cerveza y, como ya sabemos, esto despertó la ira de oh Lucho, nuestro señor. Las dimensiones del cuerpo de Lucho parecían acrecentarse mientras infería insultos a diestra y siniestra. Y rompió una silla en la espalda del primero que acercose para calmarlo.

Subió a su camioneta 4x4 en busca de un almacén que le proveyera cerveza helada porque tenía que desayunar. Estacionó al lado de una camioneta que lo impactó, pero sin hacer acuse de recibo de sentimientos superficiales, focalizó su mente en la compra de cerveza. El almacenero, chismoso oficial del barrio, informabale de todo el puterío vecinal a una señora que había ido a comprar lavandina. Y Lucho escuchó como el muy chusma contaba con desprecio que el odontólogo de la otra cuadra, que había nacido en cuna de oro, y que en su vida tuvo que laburar, ahora elegido funcionario público por cuña política, casualmente habíase comprado la voluptuosa camioneta que estaba estacionada afuera.

Lucho interrumpióle la conversación al almacenero con la doña de la lavandina, y en tono pausado díjole:
- La envidia es un sentimiento negativo que opaca nuestro amor hacia el prójimo. No la sientas porque se te volverá en contra.
Y el almacenero se dio cuenta que sus pobres logros podían ser envidiados por hombres menos afortunados y que no era justo, porque se los había ganado con su esfuerzo. Él le pidió perdón a Lucho, y Lucho le pidió un cajón de cerveza helada.
Cargando el cajón de cerveza al hombro, llegó Lucho a la camioneta y no pudo evitar compararla con la lujosa y poderosa chata del odontólogo. Y pusose a mirarla más de cerca. Al divisar que la llave estaba puesta, sin pensarlo dos veces, se fue precipitadamente en la que, ahora, es su camioneta, gracias a los amigos del registro del automotor.

Volvió a su casa, llamó a uno de sus lacayos para que guarde las cervezas que quedaban, ya que en el camino se tomó 2 y decidió darse un baño. Pasó frente al espejo de la sala principal y detúvose a contemplarse unos minutos. Suspiró ante tanta belleza y al recibir la fragancia de su cuerpo recordó que iba a bañarse. Retomó el camino hacia el baño en suite de su habitación, y allí topose con Moria que estaba maquillándose, y sin miras de desocupar el baño. Lucho anoticiola de que quería bañarse, y Moria, recién llegada de viaje, y estando al tanto de la partuza de días atrás pareció no inmutarse. Pero Lucho, oh, sabio señor nuestro, comenzole a hablar de lo bien que se veía, de que no necesitaba maquillaje, que su hermosura natural era superior, y Moria, conmovida y halagada, dejole libre el baño, y despidiose con un beso.

- “La vanidad. Mi pecado favorito”– díjose Lucho y quedose ensayando poses y caras durante horas, acariciando y peinando sus dorados cabellos, hasta que finalmente se bañó.




Postaluchas Navideñas

Entre grapa y grapa, en plena cena familiar Naviluchezca, pero festejada en fecha apócrifa, empedado hasta la medula, levantóse RigobertoAbel para confesar lo inconfesable:
.
-Sí, sépanlo todos, Soy cofundador del Club de Fans de Patricia Sarán, ¿y qué?
.
Pocas palabras bastaron para que, con los ojos inyectados en sangre, el padre de RigobertoAbel, El Carlo´ Saúl, un Anti-PatriciaSaránista de la primera hora, gritóle:
.
-¡Vaderetro!, hijo de Pucha. Ite, ite lejos. Hereje, traidor. Tus elecciones paupérrimas y miserables, manchan el honor de ésta familia.
.

El silencio apoderóse del lugar y, cual ángel que pasa sin dejar rastros ni estelas, toda la familia de RigobertoAbel, asintió con la mirada, la sentencia paterna.
.
Fue así, que con un gesto certero, RigobertoAbel lo entendió todo y tuvo que largar de prepo, la novena pata de pollo que engullía con placer, para levantarse de su silla y, henchido de un orgullo desolado y damajuanero, encaminarse hacia la puerta, no sin antes manotear un par de botellas de Ananá Fizz para el camino.
.
Así fue que, exiliado de la familia, desterrado de sus tierras fértiles y natales de Villa Luzuriaga, RigobertoAbel, adentróse a la obscuridad de la noche Naviluchezca.
.
Sonaban en su memoria las palabras reticentes de su padre, El Carlo´Saul, cuando de entremedio de la negrura, aparecióse una luz.
De pronto, RigobertoAbel, estaba parado frente al resplandor más puro que jamás hubiera imaginado. Ligero de ropas, por la calor insoslayable, presentóse Lucho y díjole:
.
-Oh, Hijo mío. Comprendo tu desazón, mas debes entender que no hay mal que por bien no venga, siéntete libre de confesar ante mí, tu Señor, todos tus pecados.
.
RigobertoAbel, miróle con asombro, y espetóle:
.
Estoy harto de que mi padre juzgue mis elecciones. Qué tiene de malo preferir a Patito Feo, a Casi Angeles?...
.
Lucho, mirole y respondió:
.
Cuando salga la primera estrella, podrás pedir un deseo. Y recuerda, que la peor de las Herejías, es festejar el natalicio de un mesías apócrifo.

En ese momento, RigobertoAbel, no entendió el mensaje encriptado de nuestro, Oh Señor Lucho, y sentóse taciturno a meditar. Mientras, entrábale a la tercer Ananá Fizz, la primera estrella afloró, desde lo más hondo del obscuro cielo. Con un pedo cuasi-Mesiánico, RigobertoAbel, pidió su deseo más diáfano, y echose a roncar.
.
Al despertar, vió a sus pies un arbolito navideño que iluminólo con sus intermitentes lucecillas.
Fue ahí que, RigobertoAbel, a pesar de la resaca digna de un elefante africano, recordó el deseo que habíale pedido a la primera estrella, tan solo esperaba, que su padre CarloSaul, aceptara sus gustos y lo acompañara a acampar, cuando Patricia Sarán se presenta a dar clases de gimnasia rítmica, en la "Sociedad de Fomento del Partido de la Matanza".
.
Al levantarse del piso, vió que al pié arbolito navideño, había una postal que rezaba:
.

Fue ahí que entendió que, por más que la verdadera Navilucha fue hace dos semanas, ese no era justificativo para perderse una partuza.
La herejía pasa por negarse al empede soberano y por resistirse a engullar como muertos di´hambre, hasta que las vela nu’ ardan.
.
Entonces, el espíritu Papaluchezco, lo invadió por dentro y, en un estado hedónico, casi endroguizado, decidiose a perdonar a toda su familia.
.
Desde ese día, RigobertoAbel, encabeza la RamaPapistical, del club de Fan de Patricia Sarán, de Villa Luzuriaga, mientras que su padre, Carlo´Saúl, es quien se pasea por las gradas, con una cajita transparente, para recoger el diezmo.
.
.
Amén y Amén Gloria A Lucho.
.
.
.

El último asado

Todos sabemos que para covertirse en mártir primero hay que morir. Y Lucho no es la excepción. Para promover su fe, nuestro señor Lucho tomó la decisión de morir y resucitar, y así lo hizo.
Antes de morir, Lucho mandó un sms a sus 12 apóstoles para festejar la resurrección anticipada, con una reunión que los cronistas han dado en llamar "El último asado". Las mujeres llevaban el pan, los varones el vino.

Asistieron los 12 apóstoles: Armando, Alejo, Rocío, Lucía, Mateo, Jime, Lia, Moria, Rosa, Reina, Lidia, y Tránsito.


Las crónicas cuentan que Armando, armando la mesa estaba, mientras que Alejo se alejó de Rosa, que roza la pierna de Jime y ella gime de placer, por lo que Moria se moría de celos. Mateo mateó unos amargos cebados por Lidia y Lía, que Lían y lidian con la yerba. Tránsito transitó por el sector donde reina Reina, y Lucía lucía hermosa hasta que Rocío roció su vestido con un terrible escupitajo.

A esta altura nuestro mártir estaba confundido, y fue el momento justo para transmitir al mundo su mensaje:

"Lucho, hermanos míos, es verbo, no sustantivo"

Carta de Lucho a los Feligreses

Llegara el día en que el mundo ya no sea como es. Y los ríos se abran y la mar no esté serena y cálida, cómo solía estarlo en Punta del Este, antes del corralito. Esos días serán, justamente, los que os tendrán tirados, como marmotas desahuciadas, buscando un árbol para retozar, mientras la calor os envuelva en un fuego al mejor estilo Sandro. Serán momentos duros, en los cuales, no habrá palangana que refresque vuestros piese’, no habrá cubetera suficientemente grande, que refrigere vuestro tereré. Tampoco habrá ventilador que os abanique lo suficiente.

.

Días cómo estos, sin embargo, serán reveladores. Pues el mundo no se ha hecho en dos días, tampoco en siete, como las malas lenguas dicen por ahí. En verdad, me he tomado mi tiempo, -y tardé bastante más de una semanita, es que en el medio rendí finales y me tomé 20 días de estudio, me correspondían por ley, carajo.-

.
El mundo ha vivido equivocado, no ha interpretado los designios que les he enviados, - es que muchos de vosotros no tenéis mi nueva dirección de mail-, es por esto que he decidido hacer pública, a través de mis más devotos fieles, la verdad de la milanesa.
La verdadera milanesa no es de soja, es de carne, y porque de carne somos, quiero que sepáis cual es la fecha real de la Navidad Luchezca.
He utilizado a mis seguidores más Fieles, para panfletear por las avenidas más importantes de la ciudad de Belén, digo, por todas las ciudades. Porque solo los seres iluminados pueden caminar por las viñas de mi camino, -Es que Edenor, descubrió que algún “incauto” hubo de hacer una conexión ilegal, Y esto muchachos tenían linternas potentes.-
Fue así, que mis devotos, han caminado día y noche, por las calles, abnegadas, de las ciudades más importantes del planeta: Ciudad Evita, Ciudad Oculta, Ciudad Ela, Ciudad de Dior, y otras ciudades, que son, claramente, epicentros de grandes poblaciones.
Porque todos y cada uno de los Ciudaluchos que habita esta tierra, tiene derecho a saber, la verdad que os he revelado.

.
La Navidad no es el 25 de Diciembre, como reza el calendario Cristiano. No señores. No os dejéis engañar por falsos profetas. La Navidad, que conmemora mi nacimiento, es hoy, Oh, Hijos míos, el 10 de diciembre.
Por lo tanto, no duden en enviar vuestros regaluchos. Los recibiré, humildemente, mientras me baño en Chandon Extra-Brutt, y mastico uvas de las parras más dulces cosechadas por vosotros. Mientras, le pido a Santa Ramona, que limpie y ordene mis ropas, y que cocine un pato a la naranja, para la última cena. No os preocupéis, si pensáis que no llegáis a enviar vuestros presentes, para el día de la fecha, sobre todo si vienen desde el exterior, sabré entender lo inútiles que son los empleados aduaneros.

.
Por las dudas, os paso mis tallas, a saber, peso 85 kg. Musculoso, rubiecito, colita parada y mirada profunda. Mido, entre otras alturas, 1.85 mts. Y no uso tacos, salvo cuando me pongo la túnica roja, que me queda tan bien con esos Stilettos negros. Y calzo… calzo bien. Creédme, oh, Hijos míos.

.
No sigáis a las masas, os aconsejo, hacer oídos sordos a las habladurías absurdas de herejes que no entienden nada, acerca de la verdad de la milanesa, y festejan Navidad comiendo milanesa de Soja. Yo os guiaré, y os dejaré en claro cuál es el banco*, en donde podrán reposar, luego de caminar el sendero de vuestras vidas.
.
Seguidme, no os defraudaré.
Solos los valientes, resisten las tentaciones de tarjetear los regalos de Navidad el 25, para que les entre la compra en Enero. Quienes no sepan entender el mensaje que os envío, serán aquellos a quienes enviaré a los ardores del averno, por debiluchos.

.
Vosotros, generosos Fieles, sabéis que hay otra vida, y en aquella, les será recompensado cada uno de vuestros esfuerzos. Luchad por vuestras creencias, no os dejéis venced.

.
Así habló el Señor.

.
Amen, y Amen, Gloria A Lucho.

.

.

*CBU Banco Santanderlucho 00001-9870-3456-2345-3212. O cuenta corriente en dólares Número 120-666lucho. Cuentas del exterior solo por Western Lucho. No se aceptan Luchon ticket , tarjetas de crédito, o patacones. Euros, Libras Estarlinas y Dólares serán, especialmente agradecidos, con un lugar privilegiado en la vida del más allá.
Centro de atención al Fielucho: 0800-111-29666. Atendemos de lunes a martes, de 12 a 18. Despues de esa hora no llamad, o le enviaré muchas plagas. Dejad descansar a vuestro Líder.

Lucho, su lucha con el hidro

Dispúsose Lucho a lavar la 4x4 y dirigiose a buscar la hidrolavadora que estaba guardada en el pieza del fondo. Tomola de la manija y llevola hasta el frente de la casa de 2 pisos. Enchufó la maquinola, mientras le gritó a Moria que le cebe unos amargos. Unió la manguera a la canilla, giró la perilla, presionó on y la hidrolavadora no funcionaba. Abatido por el desaire de la maldita máquina, deshaciose de ella y sin ganas de seguir luchando, le dijo a Moria que cancele los mates, balbuceo insultos y subió hacia la habitación.
El calor que hacía, el enojo y su cuerpo en movimiento, habíanle hecho sudar. Lucho levantó el brazo derecho, acercó su nariz a su axila y después de un gesto de desagrado, dirigiose al baño, acercose al hidromasajes, puso el tapón, giró las perillas de fría y caliente y echose en la cama hasta que la bañera se llenase.
Después de que Moria le gritase que no podía ser tan animal de dejar la canilla abierta y dormirse una siesta y permitir que el baño se inunde, supo Lucho que podía ir a bañarse y desnudose en el camino de la habitación hacia el baño en suit. Zambullose en el hidromasaje salpicando hacia todas direcciones. Encendió el hidro. Y nada. No había burbujas, no había masajes. Desahuciado, Lucho salióse del agua, se vistió, sin secarse, con lo primero que encontró [un vestido hindú de Moria], tomó las llaves de la camioneta, subió, arrancó y se fue como sin rumbo, en dirección a la sierras. Dejó estacionada la chata cuando ya no hubo caminos para avanzar y continuó a pie. Descubrió un arroyo fresco, más allá un manantial del cual bebió agua cristalina. Y un poco después, en medio de una montaña y abundante vegetación, vio una cascada que arremetía con fuerza su caudal. Y Lucho despojose del vestido, arrojóle hacia una orilla y obtuvo un hidromasaje natural debajo de la cascada. Cada chorro de agua que presionaba en su espalda, iba relajándolo y en su mente, que entró en el trance de la tranquilidad serrana, una idea, o por qué no, una revelación se le representó. Y Lucho supo lo que tenía que hacer. Fue así que Lucho abandonó las comodidades de la sociedad de consumo [al menos por un tiempo]. Cambió los jeans por las túnicas [comprobó que los vestidos hindúes son más cómodos pero le quedaban ridículo]. Lucho se apropió del terreno [en forma legal, por supuesto], privatizó la cascada e inauguró el primer spa con hidromasaje natural [La posada de Lucho]. Comprendió que su misión en el mundo era hacer el bien al prójimo [al que tuviera dinero para hospedarse en la posada] y que la relajación es el punto de partida del camino espiritual.
Lucho nos enseña desde ese momento que no hay que hacer el bien sin mirar a quien, porque no todos tienen la suficiente disponibilidad [económica] para encauzar su vida al mundo espiritual despojándose de sus bienes materiales y depositándolos en las arcas de nuestro guía, Lucho, para que él, sabiamente, los distribuya [en sus propiedades]. Despréndanse de sus posesiones, dejen la mala vida. Hermanos míos, no seais debiluchos.



Para reservas enviá tu mail a meduchoconlucho@gmail.com, ingresá a www.laposadadelucho.com o llamá al 0800-spa-lucho. Habitaciones con cascada en suit. Desayuno autoservice silvestre [frutos serranos y vegetación autóctona]. Luchobar [sólo bebidas alcohólicas]. La posada de Lucho realiza descuentos a estudiantes y a jubilados sólo en temporada baja. La temporada es baja a criterio de Lucho.



Carta abierta a nuestros fieles (los sobres ya no vienen como antes)

Presa, de la angustia y la desolación es que quiero, hermanos míos, dar testimonio de los graves hechos que han acontecido. Quiero hablarles de una gran revelación que he tenido y en tono de denuncia, quiero también hacer públicos los atropellos que los hermanos Lucianos hemos sufrido (emos sufridos, también) al ser difamados impunemente

La primera vez que escuché que Lucho era el Papá Noel de los líderes espirituales, y no porque fuera regordete y barbudo, sino porque no existe, lloré, desconsoladamente, tres días con sus noches. Al cuarto día, recordé que Lucho no está en realidad excedido de peso, es más bien el efecto de las holgadas túnicas. Tampoco tiene barba, no desde que hizo el último canje Gillette Divinity Edition. Recordé también (tengo tan mala memoria…) que si existe, vive en muchas ciudades del mundo a lo largo del año, pero tuve oportunidad de verlo una vez y besarle los codos. Entonces dejé de llorar. Sin embargo, no hubo consuelo para mi alma, ni nada que me hiciera olvidar la crueldad de aquellos rumores mal intencionados. Y mi vida cambió. Después de aquel breve momento de dudas supra existenciales, es que Lucho se me apareció en sueños. Me dijo, con voz de trino de cacatúas sagradas:

- No hagas caso a las palabras de envidia de lo seres poco iluminados. Mañana hablaré con Edenor, pero hoy tengo algo para decirte a ti. La senda del bien y la generosidad te han sido mostradas el día que en mi nombre nuestra congregación pagó tu fianza.

- Oh, mi Señor, nunca dejaré de agradecerte lo que por mí hiciste – le decía yo, entre sollozos.

- Ahora, es tu misión en esta vida, retribuir con tu fe, tus palabras, tus actos, y divulgar la verdad en el mundo. Defiende a tus hermanos de los injustos improperios, destierra la herejía, háblales de Fe. Si no puedes, háblales de fútbol, es casi lo mismo, pero que te oigan. – me respondió, sabiamente, mientras empezaba a levitar para retornar a los cielos.

- ¿y cómo sabré cuándo es el momento? – me apresté a preguntarle, inquieta.

- Recibirás dos señales mías, cuando las hayas visto, no dudarás más y sabrás qué hacer. Yo estaré siempre para ayudarte. Has oír la voz de los afónicos y oprimidos: limpia mi santo nombre - dijo, y finalmente se desvaneció en el cielorraso.

Cuando desperté, a los pies de la cama, había una placa de bronce avejentado que rezaba el nombre de Lucho en clarísima Century Gothic, una franela naranja, y un pomo de limpiador de metales. Supe que esa era la primera señal. Dos días pasé, sin descanso pero sin pesar, limpiando el objeto bendito que me había sido conferido. Y junto con él, mi espíritu. (Fui muy afortunada, hay a quienes Lucho se les aparece pidiendo que limpien fosas sépticas) Y si Daniel San comprendió el significado de la vida después de encerar-pulir, créanme hermanos, que yo he aprendido.

A día siguiente, la segunda señal vino a mí, entre las góndolas de productos de limpieza de un supermercado, más precisamente. Escuché, parapetada detrás de los escobillones, a un grupo de señoras comentar las noticias del día anterior. Ellas parloteaban impunemente contra Lucho, mencionando una supuesta cámara oculta que dicen haberle hecho a nuestro líder en ocasión del pago de coimas a un Juez de la Nación (un actor cómplice de esta sucia campaña de desprestigio). Mientras eso pasaba, estando ya al borde del llanto, una franela naranja, voló sobre mi cabeza. Desde las alturas hacia mis pies. La segunda señal había llegado. Y hube de actuar.

Muñida de un palo de escobillón que apenas pude manotear (empuñándolo con firmeza cual lanza luciana, y con la convicción de mi fe, que me hizo rememorar los pasajes de la Batalla de Escobia del año 23 D.L.), les grité toda La Verdad a los presentes, señoras incluidas: Sépanlo, no es cierto que nuestro Señor subvenciona con el diezmo de los fieles sus negocios en la triple frontera, tampoco recluta travestis para perpetrar atentados explosivos en los baños de los aeropuertos (ambos baños a la vez sufriendo sola una baja eventual). No es verdad que su rubia y centelleante cabellera, símbolo de pureza y celestial deslumbramiento, sea consecuencia del tono 12/7 de Koleston Special Blonde; ni que tenga el mal hábito de sonarse los mocos con la sotana; ni que los fondos para la construcción de la sede para retiros espirituales provengan de la reventa de entradas en la cancha de Boca. Es categóricamente falso que la existencia de Lucho es un código binario, sus apariciones son hologramas en 3d, y sus textos sagrados, palabrerías de un grupo de desquiciados que un día, abrieron un blog. ¡Herejes, infames envidiosos! ¡Porca Miseria!



Yo, Lucho.
Pero la lucha es desigual ante las corporaciones que impulsan estas patrañas: los medios masivos de comunicación, grupo Clarín, Wordpress, Yahoo, Centella Queen, entre otras. La furia de Lucho caerá sobre ustedes (créanme, eso es grave, conoce a gente de la side) si se niegan a escuchar con sabiduría y a distinguir la verdad de las habladurías. Abran sus almas, y comprenderán todo. Él me pidió transmitir su mensaje, me eligió a mí para iniciar esta batalla y no puedo evadir esta responsabilidad. Él habla con la Verdad, es un ser misericordioso que merece nuestra entrega. Dijo que me ayudaría y así fue. Así fue que pagó la segunda fianza para salvarme, después de ese confuso episodio de las muertes en el supermercado, apuñalamiento con escobillones, asfixia con franelas, y el engaño periodístico posterior destinado a difamarnos en una carrera sin fin hacia el infierno.

El periodismo, con Santo Biasatti como cara visible, no dejará que la verdad se sepa. Santo (envidioso porque ante Lucho, su nombre pierde todo significado) es un ser oscuro que odia a nuestro Señor con todas sus fuerzas. Eso venía a decirles, pero me gustan las historias largas, no le crean nada a las noticias. No se dejen engañar por la televisión. Recuerden, tenemos canal propio: Lucho TV*. 'A palabras necias, oídos sordos. A grandes mentiras, televisión verdad'.

Siempre recuerden, Lucho Te Ve, hasta en el baño. Amén(lo mucho).Y abónense, eh...




* Disponible en señales de cable para toda Latinoamérica, canal 666 de televisión satelital, canal 0 para proveedores de cable local. Abono Premium: programación 24 hs + cero gastos de instalación + la palangana de Lucho, réplica exacta de la de la original, de regalo para los primeros 30 fieles que llamen al 0-800-luchoteve. Señal directa desde los cielos a todos los puntos del país, sin interferencias ni cortes por tormenta. Retransmisión de Celeste siempre Celeste, Carrusel y Aunque usted lo no crea. Abono base: programación compartida con el canal de Gran Hermano. Abono plebe: programación solo a partir de las 04.30 hasta las 8.00. Precio del abono, sujeto a la voluntad de Lucho.
 

Yo, Lucho © 2008. Design By: SkinCorner