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La parábola de Bautista Lista y la fiera

Lectura del Santo Evangelio de Lucho: La parábola de Bautista Lista y la fiera.
Gloria a Tí, Señor Lucho.

Caminaba el profeta Bautista Lista por las calles de Buenos Aires, cuando de pronto, vio en la multitud, algo que sobresaltolo. Detúvose el profeta Bautista Lista en medio de la vereda, chocando a cuanta vieja siguió de largo sin darse cuenta de que él se había detenido, a causa de una maravillosa aparición. Una luz encegueciolo: eran los cabellos rubios de su señor Lucho. Allí entre la multitud, comenzó a agradecer a los cielos por tan maravilloso encuentro.  Su vida había cambiado tanto después de la última vez que Lucho lo había sorprendido con su aparición. Lucho se acercaba majestuoso entre la gente, sus cabellos rubios enceguecían a Bautista, ocnubilábanlo, emocionábanlo, recopábanlo.

Acercóse Lucho al profeta. En su mano, un celular última generación, tocaba reggeatón de última degeneración como si tuviera tres amplificadores superpuestos. "Aaaah, el poder de Lucho", pensó el profeta Bautista, "su palabra llega en forma de música a todos los rincones del planeta". El corazón de Bautista detúvose. Lucho lo mira fijamente, con la pura belleza de sus ojos azules. Bautista no podía más de felicidad, ¡el gran Lucho lo había elegido entre la multitud, justo a él, un hombre humilde, un hombre que no vivia si no para adorar a Lucho!  Lucho detúvose frente a él, y con la voz musical que lo caracterizaba, díjole:

-Ehamigo, ¿no tené' una moneda? Dale, ehamigo.

¡Lucho le pedía una colaboración para su causa! Bautista buscó en sus bolsillos y encontró varias monedas que rápidamente depositó en la palma extendida de su señor Lucho.

-Ah, gracia, fierita, so' un capo. Es pa' loamigo, para tomarno' una' cerveza'. Gracia, ehamigo.

Lucho abandonolo, dejando tras de sí el sonido del reggeatón que anunciaba su llegada. Con él se fue la luz que iluminaba a Bautista Lista. El profeta continuó su camino, rogando que en la parada del bondi, estuviera el chancho para vender boletos, porque no tenía una mísera moneda.

Fue Palabra de Lucho.
Te alabamos, Lucho.

El Código Lucho

En un intento por limpiar el buen nombre de Lucho, a causa de falsas acusaciones, injuriosas y calumniosas, por parte de una horda de herejes desinformados y malintencionados, que sólo buscaban el beneficio mediático y monetario a costa de mancillar la excelente reputación de nuestro adorado mártir, Dan ‘El morocho’ Brownie, se puso en la ardua tarea de develar la verdad oculta detrás de quienes quieren su caída. El prefacio de este escrito nos tranquiliza con la frase que se hizo popular entre sus fieles: ¿Qué Lucho no tiene código? Acá te va el Código Lucho, piscuí.
El Código Lucho pretende acallar las voces de los sacrílegos que descreen de nuestro líder, argumentando que nuestro adorado Lucho vive de sus fieles y vive a sus fieles. El Código Lucho nos revela una conspiración que nace en el seno de las asambleas de oscuras empresas multinacionales pertenecientes al Pastor ‘copa de vino’ Pérez.
Brownie nos descubre un dato escalofriante: el Pastor Pérez odia a Lucho desde su más tierna niñez. A través de sus páginas hacemos un recorrido por los primeros años en la vida de Lucho, donde en sala de 3 conoce a este siniestro personaje, que llenó su corazón de rencor, difamando a Lucho en cada oportunidad que se le presentó en la vida. Brownie encontró documentación reveladora en un dibujo de Pérez realizado en la salita azul, cuando ambos niños tenían 5 años. Observemos el mensaje encriptado en letras rojas.




Según la recopilación de datos, extraidos clandestinamente, del diario íntimo del Pastor, los hechos se dieron así: Lucho y Pérez habían ofrecido defender a los más débiles del jardín a cambio de golosinas. Niño que no aportaba golosina no estaba protegido. Y la mayor amenaza no eran niños más grandes, si no el propio Lucho. Peréz acusa a Lucho de no compartir el botín, y que él era siempre quien debía salir a defender a los pequeños, dejándose propinar los golpes de Lucho. A todas luces se trata de mentiras, por supuesto, de una mente maquiavélica desde sus comienzos.
La historia cambió de matiz en la escuela primaria, cuando Moria se unió a los claustros de nuestro mártir y su némesis. Ambos se enamoraron desde el primer momento y la amistad terminó para siempre, cuando Pérez acusó a Lucho de haberle birlado la mina [sic], como si hubiera tenido alguna chance.
Brownie vuelve a sorprendernos con imágenes nunca vistas, después de rigurosos exámenes pictógraficos de alta tecnología, descubrimos como el odio de Pérez se fue acrecentando. Aquí también encontramos mensajes de aversión.





Gracias a la inestimable colaboración de un amigo de lo ajeno, Brownie pudo hacerse de la billetera del Pastor Pérez para dar con la prueba de que el odio continúa hasta nuestros días: una foto ajada y pequeña de Lucho, decorada a mano por el propio Pérez, que incluye una serie de símbolos extraños, y que en un esfuerzo en conjunto de nuestra gente de los departamentos de Filología, Semiología y Lingüistica están tratando de descifrar. Todavía no hallan respuestas sobre  los significados de los misteriosos signos de ? y de !, y esto nos lleva a sospechar lo peor, sobre todo por el insólito símbolo que parece ¿una estrella? Desconcertante. Intrigante. Inquietante.


Brownie ha puesto a nuestro conocimiento que el Pastor Pérez es una copia burda y absurda de nuestro líder, creando su imagen y su falsa santidad, por la envidia y el odio enceguecido al no poder ser como Lucho, sabio y bello de cabellos dorados, y  es un ser despreciable lleno de rencor que implora por una venganza sin sentido, al no contar con el amor de Moria. No crean en el Pastor Pérez, hermanos. Y si alguien quiere voltear su fe, cuestinando los valores de Lucho y afirmando que nuestro Lucho es un hombre sin código, ya saben cuál es la respuesta.

Gloria a Lucho, nuestro señor.


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Luchoneitor T-2012 modelo Caser Hito 69

Es inquietante saber que el fin del mundo se acerca. El Apocalipsis fue anunciado hace miles de años atrás.
El sabio profeta Nostrasladamus, dejó claras señales de que por estos días, años más, años menos, el mundo sufrirá una importante transformación. Quizás no sea su fin, pero si el fin de lo que hoy conocemos como sociedad, como civilización. Algunas interpretaciones benévolas afirman que el cambio será del orden mundial, transformando el paradigma de la humanidad, haciéndola, valga la rendundancia, más humana. Otras interpretaciones, más pesimistas, inducen que un meteorito chocará con nuestro planeta, acabando con nuestras miserables vidas.
Pero nosotros creemos en las profecías de Nostrasladamus, antecesor y guía de nuestro guía, Lucho.
Nostrasladamus nos habla de que el cambio es inminente, inevitable, drástico y rotundo.
Así como el día del juicio final provocado por Skynet, encuentra su resistencia en John Connor, nosotros tenemos al líder que nos enseñará a luchar contra las fuerzas del mal, contra nuestros termineitors: los herejes. Nuestro John Connor, según el versículo 2012 de Nostrasladamus, será Lucho.

Algunos escépticos tachan de falsas a estas profecías, acusando a Nostraladamus de ser un invento de alguna persona con afición al cine de ciencia ficción. Descreen que alguien haya podido prever un guión cinematográfico, entre otras clarividencias. Pero la profecía es cierta, queridos seguidores de Lucho, nuestro señor.

Sin embargo, el cambio presagiado por Nostraladamus no será de la índole de El día después de mañana. El calentamiento global no será responsable de un desastre ecológico de tales magnitudes. Tampoco vendrá un meteorito a desorbitar a nuestro planeta, ni a extinguirnos como a los dinosaurios. El responsable del cambio será el advenimiento de Lucho.
Los mayas lo sabían, y se ahogaron en el mar de la península de Yucatán, más precisamente en la paradisíaca Riviera Maya, porque anticiparon que faltaba más de 500 años para presenciar tan trascendental evento, y no querían seguir viviendo, sabiendo que se lo iban a perder. Ese es el misterio de su desaparición, según afirman las sabias palabras de Nostrasladamus.

El 2012 se acerca y seremos testigos de la ascendencia de Lucho y él nos dirá: Vengan conmigo si quieren vivir. Y debemos seguirlo, hermanos míos, porque él no nos defraudará. A lo sumo nos estafará, pero seguiremos viviendo, libre de posesiones materiales esclavistas. Y lucharemos contra todo hereje que se interponga en sus planes.
Lucho tiene un propósito, mis hermanos, y lo iremos conociendo, en breve.

El milagrucho

Levantose lucho, luego de dormir la mona durante 12 horas, y decidiose con los muchachos a hacer un asado. Caminó por los bosques en busca de leños para preparar el fuego pero, como es ecologista, prefirió no talar árboles y comprar carbón.
Mientras sus seguidores, quemábanse los dedos, abanicando las brazas con una pala, el echose en un puff a leer la revista Hombres, mientras tanto, golpeábales con una ramita de bambú, para incentivarles.
Mas cuando el fuego hubo de estar listo, saló la carne y dispúsose a ponerla en el asador,´para luego, volver a echarse en un puff.
De pronto, los cielos se cubrieron de nubes que, un claro intento de enturbiar la cálida tarde de Nuestro Señor, oh, Lucho, ennegrecieron el sol, opacando hasta el último haz de luz. Fué así que, las primeras gotas de lluvia no tardaron en llegar.

Sin embargo, ni lerdo ni perezoso, lucho levantóse del puff, apagó su Aipod y gritó a los cuatro vientos, -digo, a sus cuatro súbditos-:
“Me cultivaré, germinaré y seré millones”. No os preocupéis, hijos míos, con la ayuda de mis manitas, abriré los cielos para devolveros la luz. Vosotros debéis hacer la última cena, mientras yo me enturbino la melena con el viento del aire acondicionado.

Sin embargo, un trueno majestuoso apagó el silencio y saliose de entremedio de los cielos, un angelito anómalo, turbio y ligeramente maltrecho. El angelito era manco y solo contaba con un ala. Volaba en círculos y tardóse en llegar hasta Lucho, más o menos, 20 minutos. Cuando por fin, luego de pifiarle al suelo varias veces y darse sucesivos porrazos contra la medianera, revoloteo en pequeños óvalos y díjole a Lucho:
-Oh, señor, Soy el Angelito Mareador, disculpa mi intromisión, más vuestro Padre, el Dios Mayor, os envía un mensaje.

-Escúchote, oh, Angel Mareador: ¿Cuál es el mensaje de mi Padre?.

-Dice que no seais, boludo, y que obréis un milagrucho. Es la última cena - del año-, y por lo tanto, podeis pedir, aún, el Regalucho de Reyes, aprovechaos, que el viejo anda con guita porque cobró el aguinaldo.

-Oh, Angelito Mareador, gracias por el mensajucho. Ahora mismo reúno a mis siervos, y obro el milagrucho.



Fue así, qué Lucho arrodillose y espetole al cielo:

-No me hagáis esto, hoy no.
En ese mismísimo instante, las nubes se disiparon y, por obra de Nuestro Señor, Oh, Lucho, la lluvia amainó y, no solo eso, además volvió a brillar el sol.
Empedados hasta el ocote, Lucho y sus Discípulos, esperaron la advenida del nuevo año. Con chorizos, pero sin chancho, se quedaron con un solo pan. Fue ahí, que lucho, multiplicólo y diole de comer, a sus siervas y a sus siervos. Mientras, cortaban el turrón canturreando villancicos, felices y austeros, pero siempre damajuaneros, estrecharon con ahínco, las copas entre los cinco.



Amén y amén, gloria a Lucho.


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